Pienso que impulsar y sostener una economía más humana es posible e imprescindible en un mundo donde las variables macroeconómicas establecen reglas y condiciones adversas para amplios sectores de la sociedad. Creo en un Estado presente que genere políticas públicas para revertir o mitigar las situaciones de desigualdad, generando oportunidades de trabajo y de vida.

Por eso cuando fui diputada provincial, impulsé la Ley de Economía Social Nº 10.151, que en 2022 cumplió 10 años desde su sanción.

Cuando fui ministra de Desarrollo Social, con esa norma como marco y la decisión política del gobernador Gustavo Bordet, desplegamos un conjunto de estrategias para impulsar emprendimientos en toda la provincia, que han logrado mejorar la vida de miles de entrerrianos y entrerrianas y sus familias.

Con acompañamiento, con financiamiento, capacitación y herramientas, tejimos redes entre emprendedores, fortalecimos lazos cooperativos, promovimos espacios de comercialización e incentivamos el comercio justo y el consumo responsable

Se realizaron rondas de negocios y misiones comerciales para generar nuevos mercados, acompañando a quienes emprenden en cada etapa del camino y generando una marca propia de la Economía Social: Manos Entrerrianas, que hoy es un sello distintivo.

Esta forma de concebir las políticas sociales permitió que los propios emprendedores se conviertan en creadores de oportunidades para otros entrerrianos.

Como vicegobernadora, y al cumplirse los 10 años de la ley, realizamos un Foro de la Economía Social para analizar justo a los protagonistas del sector los avances y desafíos del nuevo tiempo. Eso nos permitió actualizar la norma para que pudiera dar mayores respuestas, incluyendo a nuevos sujetos y ámbitos, ampliando su cobertura e incluyendo la perspectiva ambiental y de género.

Scroll al inicio